Santiago Santana Cazorla, originario de San Bartolomé de Tirajana en Canarias, se ha convertido en una figura emblemática tanto en el ámbito empresarial canario como en el nacional. Su trayectoria es un brillante ejemplo de cómo la perseverancia y la adaptabilidad pueden triunfar sobre las dificultades. Desde muy joven, Santiago tuvo que lidiar con una situación económica complicada, lo que moldeó su carácter y su fuerte deseo de lograr el éxito. Su historia personal está entrelazada con sus raíces en Canarias, donde su madre, originaria de Cercado de Araña, un barrio peculiar, le inculcó la importancia del trabajo diligente y la iniciativa: “(...) Es gente muy trabajadora y muy creadora, en el sentido de que le gusta tener iniciativa por hacer cosas", menciona Cazorla. Santiago comenzó a ganarse la vida desde los 8 años, primero cosechando tomates durante el invierno y más tarde, en verano, trabajando en San Bartolomé de Tirajana, donde se inició de forma autodidacta en la electricidad.
Santiago también emplea el humor para relatar momentos importantes de su vida. Recuerda cómo, en las cuevas donde vivían, “te acostabas vestido, y al levantarte ya estabas en camino... A diferencia de hoy, donde la gente se vuelve loca antes de salir, gastando mucho en champús y cremas”. Su enfoque pragmático y la actitud positiva que ha adoptado ante los obstáculos han sido determinantes en su viaje empresarial. Finalmente, el corolario de sus esfuerzos y visión fue la creación del Grupo Santana Cazorla, una firma constructora de renombre en las Islas y en el resto de España. Con su liderazgo, la compañía ha ejecutado proyectos significativos que han propiciado el crecimiento económico y social en Canarias. La trayectoria de Santiago Santana Cazorla es un claro recordatorio de que, con resolución y resiliencia, se puede superar los retos y lograr el éxito.